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| A solas soy alguien. En la calle nadie. |
Mañana soleada, tarde lluviosa.
Solo tienen en común una cosa. Esa en la que realmente no piensas, la que ni en un millón de años dirías que lo tienen en común. La soledad. Podemos estar rodeados de miles de personas maravillosas, pero al final estamos solos. Solo nosotros podemos descubrir nuestro futuro, y para eso tenemos que hacerlo solos, sin ayuda de nadie. Es nuestro futuro, no el de ellos.
Tenemos que aguantar la soledad y lo que representa. La tristeza, las lágrimas, los fracasos, las decepciones.
Seamos realistas, mucha gente esta dispuesta a aplaudirte por tus logros, pero cuando quieres contarles que está mal contigo huyen, o hacen como si nada estuviese mal.
Somos humanos, todos nos sentimos tristes, tenemos que aprender lo que es la empatía, ponerte en el lugar de otro, intentar entenderlo y no pretender que te entiendan solo a ti pero tu no los entiendes a ellos.
No podemos pretender que la gente se arregle porque tu no estás en tu mejor momento. Quizá la otra persona está igual que tú o peor. Nunca des nada por hecho. Con eso solo te perjudicas a ti, no sabrás diferenciar lo verdadero de lo fraudulento.
En esos momentos de soledad, te das cuenta de como ha cambiado tu vida, de lo diferente que es, de la gente que te valora y la que no, de los momentos en los que tenias que decir no. Esa palabra, con solo dos letras, la que te hubiese ahorrado muchos sollozos, muchos malos momentos, muchos disgustos.
Esos días con cambios de tiempo radicales te das cuenta que realmente intentas sobrevivir... Sin conseguirlo.
