Esta imagen refleja la personalidad de los individuos. Todas actúan diferente, pero son la misma persona. La gente lo llama doble personalidad, hipocresía, falsedad, etc. Yo lo llamo saber adaptarse. Adaptarse a la situación, al entorno, a las personas que te rodean. No todas las situaciones requieren la misma actitud. Soy consciente que mucha gente por decir esto me tachará de falsa, pero los que lo dicen son los que actúan de la misma forma pero sin reconocerlo.
La hipocresía no es nada más que un muro de protección para no mostrar tus verdaderos sentimientos o pensamientos. La gente es “hipócrita” cuando quiere agradar a todo el mundo, cuando no quiere tener conflictos con la gente debido a las diversas opiniones. Seamos realistas, caerle bien a todo el mundo no es posible. Todo el mundo tiene su punto de vista de las cosas, no todos pensamos igual, aunque seamos iguales estructuralmente, interiormente somos completamente diferentes.
La persona que necesita el muro de protección es aquella a la cual le importa mucho la opinión de la gente, o aquella que ha recibido tantos golpes verbales que para no llevarse más, intenta complacer a todo el mundo.
Una cosa que tengo muy clara es que tus acciones tienen repercusiones. Depende de la forma en la que actúes, otra persona puede salir dañada. Si intimidas a un niño ese niño se volverá introvertido, si lo ayudas cuando lo están intimidando se volverá extrovertido.
La gente no tiene nunca en cuenta las repercusiones de sus acciones. Hoy en día aparte de los malos tratos, hay muchos niños en la escuela los cuales sufren “bullying”, ya sea por parte de los compañeros, o por los profesores, debido al físico o a la inteligencia. Hay muchísimos niños, y no tan niños, con depresión debido a los malos tratos, pero ¿os pensáis que el acosador ha dejado de vivir por provocarle al niño una depresión que puede terminar en muerte si no lo tratan? No. Ellos siguen con su vida como si no hubiesen hecho nada, como si no hubiera pasado nada. Al niño acosado, le han intimidado tanto que duda de sus propios pensamientos, de sus creencias, de su personalidad. Este niño, aunque es el mismo de antes, ya no piensa igual, sabe con quién tiene que ser simpático y con quien lo tiene que ser aún más para evitar volver a sufrir.
En definitiva, no podemos tachar a alguien de falso cuando no sabemos la historia que hay detrás, el porqué de su personalidad.
