Formulario de contacto

 

A veces el cansancio no entra por el cuerpo, sino por el corazón




A veces el cansancio no entra por el cuerpo, sino por el corazón. 


Muchas veces nos encontramos cansados físicamente, pero ahí seguimos. Al pie del cañón, preparados para darlo todo, para bailar hasta que te duelan los pies, las rodillas. Estamos ahí disfrutando de la vida. Muchas otras estamos tan agotados emocionalmente que no tenemos ganas de nada. Solo queremos estar en la cama acurrucados sin hacer nada y que la vida pase. Otras veces te sientes como si no quisieras seguir aquí. Sientes como si estuvieras fracasando en todo, y te dan ganas de tirarlo todo por la ventana y decir basta. 

No hay nada malo en agotarse físicamente. Pero el cansancio emocional es mucho más peligroso que el otro. Cuando te sientes que ya no vales nada, que nada tiene sentido, realmente eres una bomba a punto de explotar. ¿No os habéis encontrado nunca tan hartos de todo que a la mínima que te dicen algo saltas y tienes ganas de pegar a alguien o algo? Yo reconozco que me he encontrado muchas veces en esa situación. Aun ahora cuando intento controlarlo me encuentro algunas veces en esta situación, con ganas de terminar con todo el mundo, con ganas de salir a la calle y pegar un grito tan fuerte que los pajaros emigren a otro país. Eso es la impotencia. Impotencia al ver ciertas cosas, al ver los valores de la sociedad, al ver mis propios pensamientos. 

La impotencia no te aporta nada, solo dolor. Y no solo la impotencia, la sociedad también tiene gran parte de culpa en las depresiones de la gente. Ya sea con los estereotipos, con el racismo, con las noticias mismo. Parece que en vez de ayudarte, te quieran bajo tierra. 

Soy realista, y no podemos pedir milagros, pero a veces enciendes la televisión y pones cualquier canal donde estén emitiendo el noticiario y eso parece el telemuertos y un programa de corazón. Solo hablan de a cuanta gente han matado, de cuanto se ha gastado tal famoso en tal cosa, de cuanto debe tal a Hacienda… Y no hablan de lo importante. De como está el país, de como sobreviven los maltratados, de como ha conseguido tal persona llegar a tal lugar, de como han conseguido ayudar a los países tercermundistas…

No se a vosotros, pero a mi a parte de saber a cuanta gente han matado debido al maltrato, me gustaría saber a cuanta han salvado. Porque de poco sirve, gastarse dinero en anuncios sobre el maltrato si no salvan a nadie. Te puedes llenar la boca con palabras pero no con actos. Y los actos son los que valen. Las palabras no. Las palabras se olvidan. 

A parte de la sociedad, una persona se autodestruye. Con los sentimientos, pensamientos te vas matando tu mismo poco a poco. Creyendo que no vales nada, que no sirves para nada, que solo estorbas, te vas hundiendo, hasta tocar fondo. Y una vez tocas fondo salir cuesta mucho más que si te das cuenta a tiempo. 

Muchas veces no nos damos cuenta, pero al forzarnos tanto, al intentar ser los mejores, nos creamos muchas inseguridades, y al ver que no conseguimos nuestro propósito nos hundimos. Tenemos que aprender a intentar conseguir las cosas paso a paso, sin prisa. Si intentas conseguir en poco tiempo muchas cosas, no vas a conseguir nada. Te vas a saturar y te vas a hacer más daño que nada. 

Parece una tontería pero contar tus problemas ayuda, ya sea a tus padres, a tu mejor amiga, o en un blog mismo. Siempre habrá alguien ahí que te escuchará, sin juzgarte y te dará consejo. Soy muy consciente que no todo el mundo sabe escuchar sin juzgar, y que en tiempos malos no quieres consejos de nadie, quieres que te dejen tranquilo y que sigan con su vida, aunque la tuya no siga. Tenemos que aprender a escuchar a los demás, a dejar que nos ayuden. Si lo conseguimos seremos mucho más felices y no estaremos tan cansados. 

Mejor que te canses porque has estado bailando, o jugando a la play, hasta las 7 de la mañana, que no por tus propios pensamientos.

Ubicación:

Roses, Gerona, España

view large map

Total comment

Author

Unknown

0   comentarios

Cancel Reply