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Historias de una veinteañera en crisis: una duda menos

Te levantas una mañana y te das cuenta que no te gusta el camino que sigue tu vida. Bueno si que te gusta pero notas que le falta algo.

Realmente eres un mar de dudas y no sabes como afrontarlo todo.  Lo ideal seria diseccionar todas las dudas e ir una por una, pero como tienes el cerebro como lo tienes, pues no sabes razonar ni eres consciente de nada.

A veces solo necesitas apartarte de todo lo que te genera dudas, sean los estudios, las amistades, el trabajo o lo que sea.

En mi caso, es el teléfono y todo lo que lo envuelve. Me he dado cuenta tenía una adicción al teléfono que realmente no me beneficia en nada. Siempre tenia que responder todo al momento y si no me respondían me reportaba un estado de incomodidad que dependiendo de la persona podía hasta crearme ansiedad.

Así que esta semana opté por dejarlo de lado. No puedo dejar el teléfono del todo porque en el trabajo lo uso, pero si que he optado por no buscar conversación ni interesarme por nada relacionado con el dichoso aparato. 

Lo mejor de todo es que lo hice realmente sin comentarlo con nadie. Quizá por miedo o no se porqué, pero la verdad que no me arrepiento de la situación. Y la verdad si alguien no lo entiende no es mi problema. Porque he llegado a la conclusión que me ha ido bien.

He podido afrontar realmente una duda de todas las que hay en mi cerebro. Ahora solo me quedan 50 mil más. 


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